Uno de los vasos sufre una filtración que está siendo reparada, a lo que se une que el equipamiento no se pondrá en marcha hasta que no se urbanice el entorno
La última fecha que se anunció para su apertura fue el mes de junio. Pero a inicios de agosto, la nueva piscina construida en el barrio de Astilleros sigue cerrada, y así lo estará al menos hasta que finalice el verano. Según fuentes municipales, no será hasta septiembre cuando al fin pueda ponerse en funcionamiento la nueva piscina.
El problema que se ha originado actualmente es el de unas filtraciones que se producen en uno de los vasos de estas instalaciones. De hecho, este inconveniente ha provocado en las últimas semanas las quejas de los partidos políticos de la oposición, e incluso fue objeto de varias preguntas en el pleno ordinario celebrado el pasado 25 de julio. Sobre esto, el Ayuntamiento explica que lo que ocurre es que una de las zonas de la piscina alta padece una filtración; concretamente, se localiza en el bordillo de la piscina, en esa lámina de agua que se origina al rebosar la piscina. De esta forma, las fuentes municipales consultadas por este medio quieren desmentir rotundamente la insinuación de que se estuviera filtrando a la piscina agua del mar. Lo que ocurre es que esa lámina de agua que se forma en el borde de la piscina se le conoce como playita, lo que según estas fuentes ha podido dar lugar a la confusión.
Esta filtración está siendo ya reparada, por parte de una empresa ajena a la construcción del nuevo equipamiento. Esto último ha sido también objeto de polémica y ya en su día fue denunciado por Izquierda Unida, entendiendo que esta reparación (adjudicada por 83.000 euros iba a suponer un encarecimiento en el coste del equipamiento al no realizarla la empresa constructora del proyecto). Sobre este punto, desde el Ayuntamiento se explica que diversos problemas de la empresa constructora hacían inviable que ésta se hiciera cargo de los arreglos, por lo que se ha optado por adjudicarlo a otra. Eso sí, se asegura que el dinero no supondrá un aumento ninguno del presupuesto inicial, ya que los 83.000 euros de las reparaciones se descontarán de la fianza que en su día entregó la empresa constructora.
Al margen del arreglo de esa filtración localizada en la piscina alta, las nuevas instalaciones no abrirán sus puertas hasta que no se complete la urbanización del entorno. Y es que el Ayuntamiento no quiere que el acceso al equipamiento esté en las condiciones actuales, optando por esperar también a que finalicen estas obras del entorno.
Así las cosas, se prevé que como mínimo no será hasta el mes de septiembre cuando la nueva piscina del barrio de Astilleros -que cuenta con una piscina de competición y otra de iniciación que se usará también con fines terapéuticos, además de un gimnasio- pueda comenzar a funcionar.