La parcela ocupada por el estacionamiento se convertirá en un espacio público cuando concluyan las obras de la Plaza de Sevilla
El aparcamiento en superficie de la Cuesta de las Calesas tiene las horas contadas. El Ayuntamiento de Cádiz ordenó ayer el desalojo de las instalaciones, una actuación que los agentes de la Policía Local no pudieron llevar a cabo ante la negativa de José María Marín, la persona que tiene la concesión administrativa en precario del estacionamiento. El empresario aseguró que no está dispuesto a abandonar el negocio que regenta desde hace 25 años hasta que no lo dicte un juez. Sin embargo, parece que la sentencia llegará tarde o temprano y el concesionario tendrá que salir del recinto.
El Consistorio gaditano ha tomado esta decisión para iniciar la transformación de una zona que está situada sobre las murallas de la ciudad. El edil José Blas Fernández explicó que el proyecto contempla la creación de una zona pública de esparcimiento, con espacios verdes, para el uso y disfrute de los ciudadanos. Esta operación se ejecutará cuando concluyan las obras de urbanización de la Plaza de Sevilla, y se completará con la puesta en valor de los bajos de Talleres Velasco-situados en la parcela contigua-, donde se plantea el uso hostelero o cultural.
No obstante, Fernández apuntó que mientras no se termina la actuación en Plaza de Sevilla, este aparcamiento seguirá en funcionamiento, aunque gestionado por la Empresa Municipal de Aparcamientos (Emasa). Por este motivo, ha ofrecido al concesionario actual la posibilidad de integrarse en la plantilla como empleado hasta que no de elimine el servicio. Además, está dispuesto a valorar su continuidad en Emasa una vez que se cierren definitivamente las instalaciones. Por su parte, José María Marín ha solicitado al Ayuntamiento que valore otras alternativas para mantener su puesto de trabajo y el de los otros dos empleados. En este sentido, explicó que está dispuesto a mejorar el recinto y realizar labores de acondicionamiento para aumentar la capacidad de ocupación, que en la actualidad acoge a un centenar de vehículos, de los cuales la mitad son abonados. Incluso ha sugerido la idea de habilitar en el interior algunas plazas para autobuses y camiones, que en la actualidad no existen en el casco histórico de la ciudad. Marín asegura que el Consistorio debe tener en cuenta sus 25 años ocupando este puesto de trabajo y las graves consecuencias que puede ocasionarle. «Me quedaría en el paro con 47 años y sin recursos, ya que durante todo este tiempo sólo he tenido beneficios para hacer frente a los gastos de un negocio de este tipo y para comer», lamentó.
El edil José Blas Fernández lamentó esta situación y aseguró: «Los intereses de la ciudad están por encima y como no queremos perjudicarle le ofrecemos un puesto de trabajo. Es una concesión en precario y se sabía que tarde o temprano tendrían que abandonar el terreno ocupado porque pertenece a la ciudad», señaló.
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