La mayoría de las actuaciones comprometidas no se ha ejecutado por problemas con las empresas constructoras
La crisis ha echado el freno de mano a la rehabilitación de los maltrechos edificios de la capital gaditana. La infravivienda sigue perpetuando la condena de muchas familias gaditanas y el ajuste presupuestario realizado por la Junta de Andalucía, competente en la materia, continúa sin poder dar soluciones definitivas a los que a día de hoy siguen afectados por esta situación.
La ralentización de los trabajos de la Administración estatal es evidente y en la actualidad ya son más de veinte obras las que se encuentran paralizadas por falta de recursos económicos, que afectan principalmente a los barrios del casco histórico de la ciudad, donde Santa María y la Viña se llevan la peor parte. Además, este recorte del gasto público también se ha encontrado con los problemas financieros que sufren muchas de las empresas encargadas de los trabajos, que ha incidido de manera notable en este descenso de la actividad. Son estos problemas internos los que han afectado a proyectos de gran calado, como la Casa Lasquetty, que preveía la recuperación de uno de los edificios más emblemáticos de Santa María y la construcción de 39 viviendas; y otras obras como las de Osorio; Guatemala, 10; Enrique de las Marinas, 43; Orozco, 6 o la segunda fase de los pisos del Matadero. En todos estos casos se han rescindido los contratos con las constructoras, según la Delegación Provincial de Obras Públicas, aunque llevan tanto tiempo sin arrancar que hacen pensar en la existencia de otros inconvenientes. De hecho, en algunos de estos casos las licencias de obras han caducado.
En otro grupo podemos situar aquellas rehabilitaciones cuyos proyectos ya han sido elaborados por la Oficina de Rehabilitación y cuyos vecinos ya han sido realojados, pero que no han comenzado sin ninguna explicación. Entre ellas, están Abreu, 5; Arbolí 8-10; Teniente Andújar, 9; Troilo 1-3; Santo Domingo, 10; Benjumeda, 17; Lubet, 3; Barrocal 9-11-13; San Vicente, 9; Merced, 5 y Pericón de Cádiz, 3-5. Además, a estas hay que sumar un último paquete de edificios en mal estado, en los que los vecinos ni siquiera han sido trasladados a otros inmuebles a pesar de los problemas de seguridad que existen en los mismos. En esta situación, están los inquilinos de la calle María Arteaga, 19, donde la Administración regional ha anunciado que actuará en los elementos comunes por seguridad; en Amaya, 2 y en Corralón de los Carros, 59.
A estas paralizaciones hay que sumar también la rehabilitación del convento de Santa María, aunque en este caso ha sido por la falta de liquidez de la congregación de religiosas propietaria del edificio, que no ha podido poner la parte que le correspondía según el convenio firmado hace ya cinco años. Desde entonces, el proyecto ha estado parado.
A pesar de los retrasos que se han producido en la ejecución del plan estrella de la Junta, los responsables de la Consejería de Obras Públicas mantienen su compromiso de seguir con la rehabilitación del caserío del casco antiguo de la capital y acometer las actuaciones que estaban previstas. Sin embargo, es imposible pensar en que el trabajo esté concluido en 2012, tal y como prometieron los responsables autónomos cuando arrancó el plan de rehabilitación en el año 1999.
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