Las obras del Mercado Central siguen dando que hablar a tan sólo unas semanas de que concluya definitivamente la actuación. En esta ocasión, los problemas no los tienen los detallistas que ocupan su puesto en las instalaciones municipales sino los usuarios que a diario acuden a realizar sus compras y los vecinos que transitan por sus alrededores. Los nuevos adoquines instalados en el suelo del entorno del edificio son, ahora, el foco de las críticas. Los usuarios de la zona aseguran que el empedrado es demasiado irregular, lo que ocasiona numerosos tropiezos e incluso alguna que otra caída. Manolo, camarero de la cafetería La Marina, asegura que el desnivel entre las losas es demasiado pronunciado y advierte de las caídas. Según el empleado del bar, la lechada vertida para sellar las juntas de los adoquines ha desaparecido por completo, a consecuencia del mal tiempo registrado en invierno, justo después de realizarse este trabajo. «Las calzadas romanas estaban mejor colocadas que este empedrado», critica. De la misma opinión es María Luisa Díaz, vecina, que asegura que ya ha sufrido algún tropiezo por este motivo.
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