lunes, 21 de junio de 2010

La entrada del puente en Cádiz, pendiente de dos nuevas avenidas

La vía transversal no estará a tiempo mientras que la ampliación de Astilleros, esencial para acceder al casco histórico desde La Pepa, depende de un gran aparcamiento cuyas obras no tienen fecha de inicio

A poco más de 630 días para el 19 de marzo de 2012, cuando comiencen los actos del Bicentenario de la Constitución de 1812, hay dos dudas esenciales sobre el puente de La Pepa: la primera y fundamental, si la obra estará a tiempo o, por contra, el ajuste en los planes del Ministerio de Fomento provocará que este equipamiento esté por terminar por esta fecha; y la segunda, saber con certeza qué camino van a coger para llegar al casco histórico de la capital los miles de coches que accederán a la ciudad por esta vía, entre ellos las comitivas de las autoridades nacionales e internacionales que acudirán a los eventos que se desarrollen durante todo el año.
La respuesta en el primero de los casos sigue estando en manos del Ministerio de Fomento y se supone que a lo largo de esta semana, o como muy tarde antes del 30 de este mes, se aclarará. En cuanto a la segunda cuestión, todo dependerá de la agilidad con la que el Ayuntamiento ejecute una serie de obras fundamentales.
El usuario que llegue a Cádiz a través del puente de La Pepa podrá continuar por la avenida de Huelva y la de la Constitución de 1812 si se dirige a Puerta Tierra, o bien girar hacia la avenida de las Cortes y a la nueva de Astilleros si su objetivo es el casco histórico.
En el primero de los casos, y como era más que previsible, se topará con una avenida inacabada. Para completar la vía transversal, que el propio PGOU actualmente en discusión asume que es esencial en las conexiones internas de la capital, aún quedan por ejecutar dos fases. Una se va a iniciar pronto y facilitará la unión entre las avenidas de Andalucía y Juan Carlos I; la otra es aún más importante pues permitirá dar continuidad a esta vía hasta los mismos pies del segundo puente. Sin embargo, para conseguirlo el Ayuntamiento debe derribar varios edificios de viviendas de gran altura y todos habitados, trasladar a los vecinos a sus nuevas viviendas en los terrenos del antiguo cuartel de la Guardia Civil que, previamente, se habrá urbanizado y construido en el mismo nuevos bloques de pisos y, finalmente, construir el tramo de la avenida correspondiente.
Toda esta delicada y millonaria operación se plantea desde el Ayuntamiento a medio plazo, mucho más allá del horizonte de 2012.
Queda por lo tanto la posibilidad de la avenida de Astilleros. El Plan Plaza de Sevilla indica que la antigua Carretera Industrial se convertirá en una moderna avenida de cuatro carriles, dos en cada sentido, con una plataforma reservada para el tranvía metropolitano. Se conectará por una parte con la avenida de las Cortes y la rotonda del puente y, por otra, con la plaza de Sevilla y el centro histórico. De esta forma desde La Pepa al núcleo de celebración de los actos del Doce apenas se tardará un par de minutos.
La cuestión es que bajo la futura avenida de Astilleros el Ayuntamiento proyecta un aparcamiento subterráneo que, junto a la fase también prevista bajo la plaza de Sevilla, contará con cerca de un millar de plazas. Es un estacionamiento con un claro carácter disuasorio a fin de evitar el colapso de tráfico en el centro por lo que se asume su papel primordial en las comunicaciones para el Doce.
Sin embargo, a seiscientos días del 19 de marzo de 2012 el Ayuntamiento aún no ha iniciado las obras, ni las ha adjudicado e incluso no tiene claro si este parking debe ocupar todo el subsuelo de la avenida (desde plaza de Sevilla hasta la rotonda del parque de bomberos) o por contra ocupará sólo la mitad (la más cercana a intramuros) pero con más plantas subterráneas.
José Blas Fernández, primer teniente de alcalde y presidente de Emasa, la empresa pública encargada de gestionar esta operación, destaca que se cuenta con "tres o cuatro ofertas" y que aunque el tiempo está muy justo el aparcamiento estará en fecha, sobre todo cuando esta obra se podría 'beneficiar' con el posible retraso en la conclusión del segundo puente, lo que daría un respiro en el calendario aunque está parte la ciudad estaría parcialmente levantada coincidiendo con el inicio del Doce.
La alcaldesa, Teófila Martínez, también se muestra esperanzada en tener a tiempo este estacionamiento. Sin embargo, ofrece un periodo de ejecución de la misma, entre 18 y 21 meses, que llevaría el final de los trabajos a mediados de 2012, sobre todo cuando las obras no se han iniciado ni adjudicado.
En la hipótesis de que la nueva avenida de Astilleros no esté terminada a tiempo afirma Teófila Martínez que el tráfico no se resentiría en demasía por cuanto durante el tiempo de ejecución de las obras "toda la circulación se desviará por el interior del recinto de la factoría de Navantia y del suelo portuario", aunque siempre ofreciendo una imagen de precariedad lejana a la de una ciudad moderna que se quiere ofrecer a los visitantes.
Por si fuera poco, en la nueva avenida de Astilleros irá la estación de autobuses que lógicamente sólo podrá funcionar si la vía está abierta al tráfico. Mientras, los interurbanos seguirán estacionando en la explanada de Renfe. Y si éstos no se marchan, no se podrá urbanizar la zona y construir los jardines de las murallas, allí previsto.

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